Carta de Amor del príncipe Alberto para la reina Victoria
Acababa de cumplir los dieciocho hacía pocas semanas cuando heredó el trono británico en 1837, tras la muerte de su tío, y para evitar las tentativas de control de su madre, los consejeros la animaron a que se casara rápidamente.
La reina no parecía tener prisa... hasta que llegaron a la corte, en octubre de 1839, sus primos Alberto y Ernesto, hijos del duque de Sajonia-Coburgo-Gota, que ella recordaba de su adolescencia.
Victoria describió en su diario íntimo la atracción que sintió por el príncipe, las «sensaciones de amor y de felicidad divina» que jamás habría esperado sentir, y le pediría matrimonio el día 15 de octubre, cinco días después de su llegada a Windsor.
Pese a saber que siempre ocuparía un lugar secundario en su reinado, el príncipe aceptó y le ofreció un anillo a su amada, un acto raro para la época pero que con el tiempo llegaría a ser una costumbre ineludible.
Poco después de partir escribió esta carta a su prometida, que días más tarde anunciaría el noviazgo a sus súbditos. Se casaron al año siguiente, protagonizando el que sin duda fue el primer matrimonio por amor de la monarquía británica.
El príncipe se convirtió en un importante consejero de su mujer, y cuando murió, en 1861, ella guardó luto hasta el final de sus días. «La felicidad de mi vida se ha acabado, el mundo se ha terminado para mí», escribió a su tío la mujer que hasta hace bien poco tiempo ostentaba el récord del reinado más largo de la monarquía británica.
15 de noviembre de 1839
Mi queridísima y profundamente amada Victoria:
Siguiendo tu deseo, y ante la urgencia de mi corazón por hablar contigo y abrirte mi alma, te envío estas líneas. Llegamos sanos y salvos a Calais, desde donde lord Alfred Paget emprenderá el regreso en un cuarto de hora, y estará en Windsor mañana a primera hora.
El estado de la mar y el fuerte viento nos obligaron a partir a las dos y media de la mañana para llegar aquí alrededor de las seis. Incluso entonces el Firebrand no pudo acercarse al muelle, por lo que decidimos desembarcar en un pequeño bote. Los dos, Schenk y todos los sirvientes estábamos terriblemente indispuestos: yo apenas me he recuperado aún.
No hace falta que te diga que desde que nos separamos, todos mis pensamientos han estado contigo en Windsor, y que tu imagen llena toda mi alma. Ni siquiera en mis sueños imaginé poder encontrar tanto amor en la tierra. ¡Cómo brilla dentro de mí el momento en que te tuve a mi lado con tu mano sobre la mía! Aquellos días transcurrieron tan rápido, pero nuestra separación pasará igualmente.
Ernest desea que te diga un montón de cosas bonitas. Con la promesa de mi amor inalterable y mi devoción, siempre tuyo, Alberto.
Todos mis respetos para la tía y baronesa Lehzen.
Del príncipe Alberto para la reina Victoria
Acababa de cumplir los dieciocho hacía pocas semanas cuando heredó el trono británico en 1837, tras la muerte de su tío, y para evitar las tentativas de control de su madre, los consejeros la animaron a que se casara rápidamente.
Elizabete Agostinho
Elizabete Agostinho nació en París, en 1978, pero su pasión por Portugal la trajo a la ciudad de Coimbra, a la edad de 18 años, a inscribirse en el curso de periodismo en la Universidad de Coimbra de la Facultad de Artes.