Érase una vez, Tom Sawyer y su amigo Huck, a los que tía Polly envió a Arkansas de vacaciones con tío Silas. Por el camino, Tom le contó a Huck la historia de su tío.
- Un vecino de nuestro tío Silas, llamado Dunlap, pretendía a prima Benny y ésta se negó – iba explicando Tom – Para evitar más problemas se avino a dar empleo a su hermano Júpiter.
- ¿Ese Júpiter no tenía un hermano gemelo, ladrón de profesión, que escapó de la cárcel hace unos años? – preguntó intrigado Huck.
- ¡Exacto! Sólo les distinguía un lunar, rodeado de otros cuatro lunares más pequeños, como satélites tiene Júpiter. De ahí el nombre. El hermano ladrón se llama Jake.
Los chicos tomaron la diligencia de San Luis y de allí embarcaron hacia Arkansas. Tuvieron que parar a dormir en San Luis y antes de acostarse decidieron dar una vuelta. Paseando por los muelles oyeron unos gritos...
- ¡Socorro! ¡No me matéis! – gritaba un señor.
Tom y Huck observaron a dos delincuentes que amenazaban a un desconocido.
- ¡Le van a matar! – susurró Huck a Tom.
- Se me ocurre algo – le dijo justo en el momento en que comenzó a gritar - ¡La policía! ¡Qué viene la policía!
Los delincuentes, al oír los gritos de los chicos, escaparon y cuando Tom y Huck fueron a ayudar al señor amenazado, éste también había huido.
- ¡Qué raro! ¿No crees? – preguntó extrañado Huck.
- Mira, en el suelo hay un reloj de oro, con tapa y unas iniciales grabadas: J.D. Lo guardaremos hasta que localicemos a su dueño.
Navegando hacia Arkansas, observaron que el viajero que ocupaba el camarote vecino al suyo no salía nunca de él. Interrogaron al camarero que servía las comidas y les contestó que ese viajero había dado orden de que no quería ser molestado. Era un tipo muy raro que ni se quitaba las botas para dormir. Cuando el camarero se alejó, los chicos miraron por el ojo de la cerradura.
- ¡Es Júpiter Dunlap! – dijo sorprendido Huck.
- ¡Déjame mirar! ¡No! ¡Es su hermano gemelo, Jake! – dijo Tom – No tiene los lunares en el hombro. Tenemos que hablar con él porque es el hombre que perdió el reloj.
Para que les recibiera, entregaron el reloj de oro al camarero para que se lo entregara y así Jake les recibió.
- ¡Estoy aterrado! Hay dos tipos que quieren matarme: Bub y Hal – les explicó Jake.
- ¿Los que te atacaron en el muelle? – preguntó Tom.
- Sí, cometimos un robo juntos, en una joyería. Robamos unos diamantes muy buenos, y yo quiero devolverlos a su dueño, porque deseo enmendarme ya que estoy arrepentido de mi vida anterior.
Jake mentía para convencerles. Ni por un momento pensaba devolver lo robado.
- Cuando salimos de la joyería descubrí que compraron unas pastillas para dormir – les explicaba el ladrón Jake – Querían adormecerme para robar los diamantes y largarse, pero fui a una joyería barata y compré unos gemelos y los hice envolver exactamente igual que los diamantes.
Cuando aquella noche nos reunimos, dejé la caja falsa a la vista de todos y fingí dormir. Ellos escaparon con los gemelos baratos y por eso me persiguen. Pero yo quiero devolver los diamantes. Los guardo en las suelas de mis botas. Hice un agujero y los tapa otra suela.
Ya en su camarote, Tom preguntó a Huck:
- ¿Tú le crees?
- Los Dunlap siempre fueron muy mentirosos, Tom. Son tres hermanos de cuidad.
Pocos días después llegaban a Arkansas. Y ahí, en el puerto, estaban Bub y Hal, los compinches de Jake Dunlap. Tom los descubrió y avisó a Jake, que se disfrazó con gafas oscuras, gorras y barba postiza y así pudo abandonar el barco sin que le reconocieran.
Camino de su casa, Tom y Huck, pasaron por las tierras de cultivo de tabaco que pertenecían a Brace Dunlap, el hermano de los gemelos y al cruzar por el bosque oyeron gritos:
- ¡Socorro! ¡Qué me matan!
- ¡Es la voz de Jake! – dijo Tom.
Cuando iban hacia él, vieron salir huyendo a los dos compinches.
- ¡Le han asesinado! – dijo Huck muerto de miedo cuando vió el cuerpo de Jake en el suelo - ¿Qué hacemos?
Los chicos no se atrevieron a ir a ver qué había pasado y permanecieron bastante tiempo sentados en el bosque. De repente vieron una figura humana que salía de entre los matorrales.
- ¡Es el fantasma de Jake! ¡Huyamos! – gritó Tom.
Corrieron hacia la casa de su Tío Silas, al que encontraron muy apesadumbrado, sentado en el exterior de la casa. El hombre se alegró mucho de verles, pero estaba muy raro.
Aquella misma noche, mientras todos dormían, tío Silas salió de casa con una azada y se dirigió hacia las plantaciones de tabaco de los Dunlap.
- He de averiguar qué pasa – le dijo Tom a Huck cuando vio marchar a su tío – Mañana iremos a espiar la casa de Dunlap.
Al día siguiente, cuando estaban espiando la casa de los Dunlap, que solía ocupar Júpiter, vieron salir a Jake que se dirigió al bar a tomar unas copas. Allí dio a entender que era sordomudo. Los chicos no entendían nada de nada.
Al mismo tiempo, el hermano mayor, Brace, fue a visitar a tío Silas para preguntarle qué sabía de su hermano Júpiter, ya que había desaparecido y nadie sabía dónde estaba.
Al cabo de unos días, los acontecimientos se precipitaron rápidamente, porque la policía descubrió enterrado el cuerpo de Júpiter y detuvo a tío Silas, acusado de su muerte.
El juicio fue rápido ya que muchos testigos afirmaron que tío Silas no podía aguantar el carácter de Júpiter y le había amenazado algunas veces. Pero tío Silas era incapaz de matar a nadie. No obstante, al ser interrogado por el fiscal, confesó:
- Reconozco que Júpiter y yo nos enfadamos. Le golpeé con un palo y se cayó al suelo, pero yo me fui. Al darme cuenta de que no venía a trabajar, volví al lugar de los hechos y le vi muerto. Entonces lo enterré aquella misma noche. ¡Yo le asesiné! – explicó tío Silas arrepentido de sus actos.
- ¡Eso no es posible! – dijo Tom que no podía creer que su tío fuera un asesino – Señor Juez, antes de dar su veredicto, le pido veinticuatro horas para aclarar este caso, por favor.
El juez, conociendo las dotes de Tom Sawyer, accedió a concederles el plazo, sabedor de que era imposible encontrar pruebas que contradijeran la confesión de tío Silas. Pero Tom se imaginaba algo.
Tom y Huck salieron corriendo del Juzgado hacia la casa que ocupaba Júpiter y colocaron un cubo de agua encima de la puerta para que cuando se abriera se cayera encima de quién entrase. Acto seguido, se escondieron cerca de una ventana.
- ¡Ahí viene! – dijo muy bajito Huck.
- ¡Una ducha no le sentará mal! – dijo entre dientes Tom.
Cuando Jake abrió la puerta le cayó el cubo de agua encima.
- ¡Maldición! – renegó el ladrón viéndose empapado de agua.
Tom, que se había subido encima de Huck para ver mejor por la ventana de la casa, observó todo lo que hacía Jake.
- Todos los que se han reído de mí en la sala del Juzgado, se van a quedar de piedra – pensó Tom imaginando lo que pasaría.
A la mañana siguiente, el juez hizo comparecer a Tom Sawyer.
- Sí, señor juez, mi tío Silas, aunque haya confesado, es inocente del crimen del que le acusan y voy a demostrarlo – dijo Tom al juez y a todos los presentes en la sala que le miraban extrañados - ¡Júpiter Dunlap vive! Detengan a aquel hombre con gafas oscuras y gorra que se confiesa sordomudo.
Los guardias de la sala apresaron al hombre que había indicado Tom, conduciéndolo delante del juez.
- Pedidle, señoría, que nos muestre su hombro derecho.
Al desnudarle, en el hombro aparecieron los cinco lunares.
- ¡Este es el auténtico Júpiter Dunlap! Quien fue asesinado por sus compinches ha sido Jake Dunlap, que se fugó de la cárcel hace unos pocos años. Jake y sus compinches robaron unos diamantes y yo se donde están.
Toda la sala estaba en suspenso, sin dar crédito a lo que oían y veían. Los policías, a una señal del juez, estaban junto al otro hermano Dunlap. Ninguno de los dos tenía escapatoria.
Tom siguió dando explicaciones:
- Si le quitáis las botas a Júpiter y sacáis las suelas, hallaréis en ellas los diamantes. Por cierto, leí en la prensa que dan dos mil dólares al que los encuentre.
Los diamantes estaban allí y el público de la sala aplaudió a Tom Sawyer.
- Mi tio Silas golpeó a Júpiter, es cierto, pero cuando los amigos de Jake lo asesinaron, Júpiter y Brace, el hermano mayor, decidieron cargarle el muerto a mi tío Silas y cambiaron sus ropas. Son gemelos, tienen las mismas medidas, la misma voz y mi tio enterró al cadáver de Jake. Sólo es culpable de darle un mamporro a Júpiter – acabó de explicar Tom – Y yo acuso a los hermanos Dunlap de engañar a la justicia y de intentar enviar a la cárcel a un inocente.
Tío Silas fue puesto en libertad y los hermanos Dunlap fueron detenidos. Tom, pocos días después, cobraba los dos mil dólares de recompensa ofrecidos por el joyero a quien devolviera los diamantes robados.
FIN
Las Aventuras de Tom Sawyer
Mark TwainÉrase una vez, Tom Sawyer y su amigo Huck, a los que tía Polly envió a Arkansas de vacaciones con tío Silas. Por el camino, Tom le contó a Huck la historia de su tío. Un cuento infantil de Mark Twain
Mark Twain
Mark Twain (Samuel Langhorne Clemens) Nació en Florida, USA, 30 de noviembre de 1835. Fue un popular escritor, orador, humorista y un aventurero incansable, encontró en su propia vida la inspiración para sus obras literarias.