Cuentos de la selva es un libro de cuentos para niños del escritor uruguayo Horacio Quiroga, publicado en 1918 en Buenos Aires.
La selva es el escenario y personaje omnipresente de estos cuentos. Por ese entonces, Quiroga decide abandonar la comodidad del ambiente urbano para instalarse en la selva misionera.
Esta, con su violencia natural incontenible, frente al hombre, aliado a veces, destructor las más, de esa naturaleza salvaje. Quiroga quiso inventar un lenguaje selvático de América, en contraposición de la tendencia del común de los escritores a imitar las modas literarias de Europa.
- La abeja haragana: Había una vez en una colmena una abeja que no quería trabajar, es decir, recorría los árboles uno por uno para tomar el jugo de las flores; pero en vez de conservarlo para convertirlo en miel, se lo tomaba del todo.
- Historia de dos cachorros de coatí y de dos cachorros de hombre: Había una vez un coatí que tenía tres hijos. Vivían en el monte comiendo frutas, raíces y huevos de pajaritos. Cuando estaban arriba de los árboles y sentían un gran ruido, se tiraban al suelo de cabeza y salían corriendo con la cola levantada.
- Las medias de los flamencos: Cierta vez las víboras dieron un gran baile. Invitaron a las ranas y a los sapos, a los flamencos, y a los yacarés y a los peces. Los peces, como no caminan, no pudieron bailar; pero siendo el baile a la orilla del río, los peces estaban asomados a la arena, y aplaudían con la cola.
- La tortuga gigante: Había una vez un hombre que vivía en Buenos Aires, y estaba muy contento porque era un hombre sano y trabajador. Pero un día se enfermó, y los médicos le dijeron que solamente yéndose al campo podría curarse.
- El paso del Yabebirí: En el río Yabebirí, que está en Misiones, hay muchas rayas, porque «Yabebirí» quiere decir precisamente «Río-de-las-rayas». Hay tantas, que a veces es peligroso meter un solo pie en el agua.
- El loro pelado: Había una vez una bandada de loros que vivía en el monte. De mañana temprano iban a comer choclos a la chacra, y de tarde comían naranjas. Hacían gran barullo con sus gritos, y tenían siempre un loro de centinela en los árboles más altos, para ver si venía alguien.
- La guerra de los yacarés: En un río muy grande, en un país desierto donde nunca había estado el hombre, vivían muchos yacarés. Eran más de cien o más de mil. Comían peces, bichos que iban a tomar agua al río, pero sobre todo peces.
- La gama ciega: “Había una vez un venado —una gama— que tuvo dos hijos mellizos, cosa rara entre los venados. Un gato montés se comió a uno de ellos, y quedó sólo la hembra...
Audio libro de Cuentos de la Selva de Horacio Quiroga
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